Ratas de cloaca

Con motivo de la crisis económica, surgida de la corrupción de las oligarquías política y del saqueo de los separatistas, y del desafío de estos para despistar su mala gestión, han salido como hongos varias sectas políticas, que ahora sí, atacan la aberración autonómica, el chantaje separatista y la partitocracia antidemocrática.

Los mismos que nos tachaban de radicales y descalificaban, aún ahora, nuestras posiciones y análisis.

Grupos como Ciudadanos o UPyD, reformistas, “regeneracionistas”, que no querían focalizarse en el tema nacionalista, hasta que han visto que es el único que mueve a la población y a los medios de comunicación. Suelen ser progres y bastante confusos.

Están también los federalistas, que quieren federar lo ya unido y ahora desgarrado por el sistema autonómico. Lo de “federalismo” es para no decir España. Pero es absurdo porque el Estado autonómico supera el federalismo e incluso es “asimétrico”, es decir expoliador.

Han aparecido hace poco los que quieren ser catalanes y españoles. Demasiado tarde, especialmente porque para eso habría que exterminar (¡ojalá!) a los nacionalistas y su veneno. Y a eso no están dispuestos. No llegan.

Luego están los éticos, los que desean moralizar la vida pública, implantar principios. Suelen ser liberales y bienpensantes. Tampoco se atreven a avanzar las medidas radicales contra los nacionalismos, así que se han rendido. Son la gente de Jiménez Losantos y de César Vidal, el mandarinato conservador, el mismo que (salvando circunstancias y distancias) entregó la Alemania de Weimar a Hitler.

Y frente a todos ellos, nosotros. Sabemos a donde hay que ir y cómo. Pero como a todos, nos falta la organización, el momento y los contactos. Pero todo eso está llegando.

Insurrección Nacional!!!

¡Echémosles! ¡A todos!

No vamos a sumarnos a los numerosos bailes de cifras que han sido aireadas por todos los medios, ni a las prolijas explicaciones (excusas de unos y acusaciones de otros) llenas de tecnicismos que las envuelven.

Apartamos toda esa hojarasca. Nos quedamos con los hechos.

Las llamadas «reformas» simplemente han hecho recaer sobre la población el peso del desastre económico; y siguen. Pero no tienen efecto sobre quienes pueden aportar el dinero necesario para afrontar la deuda y los intereses: conocen perfectamente el problema, están al corriente del desmadre autonómico, el verdadero agujero negro, y del descomunal despilfarro. Sólo una profunda reforma del sistema podría darles confianza.

Pero ni éste vergonzoso gobierno del PP, que blinda a la casta política frente, y contra, la población, ni el resto de partidos del sistema están dispuestos a enfrentarse a las autonomías (y menos a liquidarlas), tanto por debilidad ante sus «barones» como por convicción propia.

No van a desmontar un sistema creado para sí mismos bajo el que se ha creado una densa red de intereses y vinculaciones a la vez que ha fomentado un estado de corrupción generalizada que abarca a todos.Y aún en estos momentos el despilfarro sigue (la relación de hechos es interminable y ampliamente publicitada) pese a algunos retoques cosméticos que pretenden ocultarlo mientras se recortan por doquier los servicios esenciales a la población, cuando ya no hay dinero.

En éste contexto no podían faltar los nacionalistas con su eterna liturgia de victimismo y amenazas con la que suelen enmascarar ante sus fieles su ineptitud, su demencial derroche en crear naciones inexistentes y la más que notable corrupción que anidan.

Numerosas protestas (y más que habrán) vienen a exteriorizar la incipiente ira de la población, pero ha de quedar claro que la mayor parte de la dimensión de esta crisis, así como la dificultad para resolverla, son las consecuencias, no las causas, como ya habíamos dicho en repetidas ocasiones cuando aún había dinero y a muchos les parecía que no importaba.

Las causas contra las que hay que dirigir todos los ataques son:

  •  los separatismos.
  • la aberración autonómica.
  • la purria política al completo; sin excepciones.

Hay que acabar con este sistema desmadrado.

¡ Insurrección!

Por un Gobierno de Salvación Nacional con exclusión definitiva y exigencia de responsabilidades de la purria política y sindical actual.