¿Aún ahora tenemos que seguir escuchando las mamarrachadas hipócritas de los reformistas que minimizan las consecuencias y alcance del totalitarismo separatista y siguen proponiendo paños calientes y medias tintas?
Abandonistas de España como Losantos o César Vidal, con su liberalismo guay, exsocialistas (y exseparatistas) como Rosa Díez o Fernando Savater, aprovechados timoratos como Rivera o de Carreras de eso llamado “Ciudadanos” (¿Ciudadanos del mundo, de la Europa germana y de la Constitución ninguneada?), periodistas como Pedro J. Ramírez que aún apoyan las autonomías y su reforma (¡si el PPSOEIU no puede autoreformarse cómo lo van a hacer las autonomías y los separatismos!), elitistas “enfants-terribles” como Iván Tubau, equidistantes “no-nacionalistas” como los de la Asociación por la Tolerancia y de los Robles, Romera, y Maritas, que fastidiaron durante más de una década la formación de un movimiento anti-separatista real y antagonista con sus ambigüedades y politiqueos baratos, o ultraderechistas “identitarios”, es decir renegados como todos ellos, avalistas de localismos tradicionalistas enemigos del “jacobinismo” español como son Ernesto Milá o Ramón Bau. Traidores.
Todos ellos, derecha e izquierda, con sus tics ideológicos de hace doscientos años coinciden en ningunear a España. Carecen todos ellos de lo único que nos puede salvar: el patriotismo y la honradez política.
Porque desde hace dos siglos todos los regímenes, TODOS, se han dedicado a realizar sus aberraciones ideológicas a costa del bienestar del Pueblo y de la estabilidad de la Nación.
Y que nadie saque lo de Franco porque fueron cuatro décadas perdidas para la renovación, bloqueada por el “haga usted como yo, no se meta en política” versión conservadora, que suponía no incentivar nada, incluido el patriotismo, como bien quedó demostrado en el vergonzoso abandono de Ifni y el ocultamiento de nuestros soldados caídos frente a la guerrilla marroquí.
El desafío ha sido, desde siempre, contra la Nación y el Pueblo, es decir contra España.
No pueden haber medias tintas ni rectificaciones porque la partitocracia y sus amigos separatistas van a por todas.